Cuenta la leyenda, que en la época inca, existía una ciudad que habría sido fundada por Inkari, el mítico fundador del imperio Inca. Se cuenta que esta ciudad esta construida completamente de oro macizo y en medio, tiene una laguna donde los incas lo llenaron de polvo de oro y metales preciosos. Se dice que se encuentra escondida en alguna parte de la selva tropical del sureste del Perú, norte de Bolivia y suroeste de Brasil.
Hasta hace poco era solo una leyenda que se contaba de generación en generación, pero con el descubrimiento de un documento guardado en la biblioteca del Vaticano, haciendo referencia de este lugar y de la posible localización, se pone en evidencia la posibilidad que esta leyenda sea convertida en una realidad.
Hasta hace poco era solo una leyenda que se contaba de generación en generación, pero con el descubrimiento de un documento guardado en la biblioteca del Vaticano, haciendo referencia de este lugar y de la posible localización, se pone en evidencia la posibilidad que esta leyenda sea convertida en una realidad.
Muchos exploradores y buscadores de tesoros han gastado todos los años de su vida al tratar de encontrar este lugar, sin embargo, en la insólita meseta se han reportado numerosas expediciones desaparecidas, perturbaciones electromagnéticas en los instrumentos, "apariciones" de inusitadas luces, ruidos extraordinarios que parecen surgir del suelo, y para añadirles el ingrediente final, los relatos de los machiguengas, quienes afirman - con total naturalidad - que al otro lado - con esto se refieren al Pongo de Mainiqui - existe una civilización muy antigua que lo "sabe todo".
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