La leyenda cuenta el origen de como se formó el Lapacho Blanco, hermoso que presenta sus hojas blancas.
Se cuenta que hace mucho tiempo en la zona central del Chaco vivía una comunidad de aborígenes qom. Estos aborígenes, vivían de la pesca y la casa. En este lugar vivía un caciquillo que se llamaba Niagasit, este, era un hombre muy fuerte y valiente que cuidaba a su anciana madre y estaba enamorado de la hija del cacique, se llamaba: Chona.
Un día la escases llegó a la tribu, y los varones se vieron obligados a bajar hacia la selva, lugar donde no conocían, para encontrar alimentos con que alimentar a su familia, pero al bajar fueron atacados por otra tribu enemiga. Como las malas noticias corren muy rápido, la anciana madre de Niagasit se enteró que su hijo fue muerto por la tribu enemiga y se entristeció tanto que murió de pena.
Un día la escases llegó a la tribu, y los varones se vieron obligados a bajar hacia la selva, lugar donde no conocían, para encontrar alimentos con que alimentar a su familia, pero al bajar fueron atacados por otra tribu enemiga. Como las malas noticias corren muy rápido, la anciana madre de Niagasit se enteró que su hijo fue muerto por la tribu enemiga y se entristeció tanto que murió de pena.
Pero la noticia no era a correcta, el caciquillo sólo había sido capturado y puesto esclavo, pero logró escapar, al llegar a su tribu, se encontró con la insoportable noticia que su mamá había fallecido y la estaban preparando para el entierro a la usanza indígena, que se caracterizaba por dejar la cabeza afuera y cubrir su cuerpo con ramas.
El Lapacho Blanco y la Viudita - Leyenda Toba |
Después de la ceremonia, Niagasit se quedó solo, con el cuerpo de su madre, cortó las trenzas blancas de su madre y se las ciñó a su frente en señal de dolor. Quedó estático por mucho tiempo, hasta que el bondadoso Dios lo convirtió en un hermoso árbol que tenia las flores blancas como los canosos cabellos de su madre y su amada novia que siempre iba a merodear por la zona, la convirtió en un pajarito que vuela, sube y baja, que nunca queda quieto: la viudita.