En uno de los barrios de la ciudad vivía una joven hermosa, con pelo largo y grandes ojos de color negro. Tal era su belleza que todos los jóvenes del lugar querían conquistarla, pero ninguno conseguía hacerlo.
Un día al anochecer, se asomó a la ventana y vió aparecer a un hombre pequeño que portaba una guitarra. Este hombre, al verla tras la ventana, quedó maravillado por su belleza y comenzó a tocar canciones con su guitarra. La joven quedó hipnotizada desde la primera nota que escuchó.
Un día al anochecer, se asomó a la ventana y vió aparecer a un hombre pequeño que portaba una guitarra. Este hombre, al verla tras la ventana, quedó maravillado por su belleza y comenzó a tocar canciones con su guitarra. La joven quedó hipnotizada desde la primera nota que escuchó.
Este hecho no pasó desapercibido por los padres de la muchacha, y llamaron al sacerdote para que bendijera la casa y así poder librar a su hija de ese hechizo. Pero no lo consiguieron. La muchacha no comía ni dormía, y no podía apartar su mente de la música. Finalmente, los padres muy preocupados por su salud, llevaron a la joven a la iglesia, le cortaron el pelo y así consiguieron que ese hombre dejara de molestarla.
Desde ese día, cuenta la leyenda que existe un hombre de estatura corta que lleva un enorme sombrero y va por las tardes tocando hermosas serenatas y la mujer que sale por su ventana a ver, queda completamente enamorada y da su alma a este personaje.