Cuenta la leyenda, que hace mucho tiempo, antes que los humanos habitaran la tierra, existían dos espíritus, ella, se llamaba Luna y él: Kuatsumi, ambos vagaban por el universo admirando su hermosura, siempre juntos y siempre felices.
Existía otro espíritu, el cual siempre envidiaba a Kuatsumi, por tener siempre a Luna a su lado, esto lo llevó a engañar a Kuatsumi para que bajara a la tierra y nunca pudiera regresar.
Él aprovechó un día, en el cual, Luna estaba admirando sola la belleza de las flores de la tierra. Cuando Kuatsumi le preguntó al otro espíritu ¿donde se encontraba Luna?, él le dijo que se encontraba mirando las flores desde lo alto del espacio, y le aconsejó que el bajara a la tierra y recogiera unas cuantas para Luna, pues eso le haría muy feliz. Lo que no sabía Kuatsumi es que al bajar a la tierra él nunca más podría regresar.
Una vez que Kuatsumi bajó a la tierra, no pudo regresar, Luna decidió quedarse arriba, alumbrando intensamente todos los momentos de oscuridad, tratando de buscar a Kuatsumi y llevarlo nuevamente con ella.