Cuenta la leyenda en República Dominicana, que las Brujas, son seres de la noche con un aspecto muy envejecido y de espanto. Sus almas son perversas y gustan de volar en escobas aunque, en dicho país, prefieren convertirse en aves de enorme tamaño y revolotear sobre las casas haciendo ruidos tétricos.
Según la creencia, dicen que las Brujas se quitan su piel antes de volar, para eso, las ponen a remojar en una tinaja y luego emprenden vuelo. Mientras vuelan, ellas sueltan risas y cantos que no se llegan a entender, y más aun para aquellos que las descubren.
Campesinos que las han avistado, hablan que las Brujas no vuelan de noche, ellas descansan bajo las matas de los plátanos de los Conucos. Además, les encanta la sangre de los niños y para extraerla, succionan el ombligo de su victima o del dedo gordo del pie usando usando herramientas como pecíolo hueco de una hoja de higuereta (Ricinus Communis) o de una hoja lechosa de la Papaya. Se cree que las Brujas no atacan a los hijos de sus Compadres, ni a mellizos o gemelos.
En comunidades rurales, cuentan historias que las Brujas fueron descubiertas en pleno vuelo. Para atraparlas (llamado ahí "tumbar una bruja"), los Tumba Brujas tienen poder en sus oraciones y rituales especiales para este fin. Cuando las atrapan, deben esperar al amanecer ya que, cuando el encantamiento de estas Brujas se rompe, se puede descubrir la verdadera identidad de la maligna mujer. Otros dicen que cuando llueve y hace sol, es porque en algún lugar muy escondido, se está casando una Bruja.