Cuenta la leyenda, que hace muchísimos años, había un guerrero muy cruel llamado Batsu. Como Batsu era malo, nadie quería ser su esposa, y un día él, elige que Jilgue sea su esposa, pues era una hermosa joven y cantaba como las aves.
Pero un día, Jilgue se enteró que Batsu quería hacerla su esposa, y huyó a esconderse en el bosque.
Al ver esto Batsu, se enojó tanto, que fue a buscar al bosque acompañado de todos sus guerreros, cada vez que sentía que estaba cerca de Jilgue, ella se alejaba más y más. Encolerizado, Batsu mandó a quemar todo el bosque. Cuando las llamas comenzaban a levantarse le gritó a Jilgue que si salía podía salvarse. Pero ella dijo que prefería la muerte.
Cuando el fuego ya estaba avanzado, Batsu vio caer a Jilgue completamente en cenizas, y de su cabeza salió un pajarito color ceniza, con el pico y las patas rojas, y este pajarito comenzó a cantar y cantar. No era el canto de un pájaro, era la voz de Jilgue, que desde entonces se sigue escuchando en el canto de los jilgueros.