Cuenta la leyenda, que en la tierra de los mayas existen unos duendes a quienes llaman Aluxes, estos son unos pequeños que están encargados de cuidar la selva.
Se dice, que para crear un Alux los J’men hombres sabios o shamanes, preparan con un barro y cada viernes formaban una parte del cuerpo del duende, similar a la de un hombrecito. Cuando terminaba el muñeco lo cocía y lo entregaba a su dueño.
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En los pies el J’men colocaba las patas de una lagartija para que sus pisadas fueran silenciosas, en las piernas le ponían carne de venado para ser tan veloces como ellos, el estómago lo hacían de maíz, su pecho con el corazón de una paloma y de un jaguar, para que fuera más tierno y tuviera también el valor para enfrentar a los enemigos.
Los Aluxes |
Las manos y brazos llevan carne de mono para moverse con agilidad. La voz era lo más difícil, pues debía contener todos los sonidos de los animales de la selva. Los ojos de lechuza para ver en la oscuridad. En la ceremonia le pedían a los dioses de los bosques, de las aguas, de los vientos, que le dieran vida.