Cuenta la leyenda, que todos los días, a media noche, los vecinos del barrio de La Recolección escuchan pasos que andan por las calles estrechas y se oyen como cadenas arrastrándose por cada paso que se da.
Se cuenta, que esos sonidos son hechos por los fantasmas penitentes que quieren librarse de sus culpas. La gente de aquel barrio comentan que aquellos que los han visto, dicen ser ánimas encapuchados y que están encadenados de los pies. Algunas de estas, van penando y se van autocastigando en su más míseras penas y lamentos.
Se cuenta, que esos sonidos son hechos por los fantasmas penitentes que quieren librarse de sus culpas. La gente de aquel barrio comentan que aquellos que los han visto, dicen ser ánimas encapuchados y que están encadenados de los pies. Algunas de estas, van penando y se van autocastigando en su más míseras penas y lamentos.
Quienes los han visto por casualidad, dicen que da miedo verlos en sus pesares, pero también produce pena y compasión, ya que a nadie le gustaría estar eternamente encadenado por todas sus malas acciones en vida.
Foto referencial de: Los Penitentes de la Recolección (Leyenda de Guatemala) |