Cuenta la leyenda que hace mucho, una Mujer dormía tranquilamente en su habitación hasta que de pronto en medio de la noche, un ruido la despertó. Cuando vio a ambos lados, pudo ver en la esquina de su habitación una sombra de un Hombre que estaba colgando. Ella de inmediato gritó lo más fuerte que pudo y despertó a los demás habitantes de la casa.
Cuando sus familiares acudieron, no encontraron nada raro en la habitación de la chica. Al día siguiente, la chica fue a contar lo sucedido al Padre de la iglesia. El Padre preguntó a la Chica si conocía al misterioso Hombre, pero ella afirmó que no.
El Padre pensó y le dijo que es muy probable que sea un alma en pena y lo mejor sería que le pregunte que era lo que quería. Esa misma noche, el mismo ruido la despertó y pudo ver al mismo Hombre colgando a un lado de su habitación. Del temor, la joven no pudo preguntarle nada.
El Padre pensó y le dijo que es muy probable que sea un alma en pena y lo mejor sería que le pregunte que era lo que quería. Esa misma noche, el mismo ruido la despertó y pudo ver al mismo Hombre colgando a un lado de su habitación. Del temor, la joven no pudo preguntarle nada.
Con el pasar de los días, la Joven fue acompañada de otras mujeres de su familia y cuando llegó la noche, ella se armó de valor para preguntarle a aquella alma que quería. El fantasma del Hombre dijo que había muerto pero su amada no sabia de su deceso y ella creía que él había huido abandonándola.
Él necesitaba que ella sepa de su trágico final. La Joven, decidió cumplir su petición y buscó a la otra chica para contarle el trágico destino de su amado. Cuando cumplió su tarea, el alma del Hombre colgado pudo descansar en paz.
Él necesitaba que ella sepa de su trágico final. La Joven, decidió cumplir su petición y buscó a la otra chica para contarle el trágico destino de su amado. Cuando cumplió su tarea, el alma del Hombre colgado pudo descansar en paz.